Desde tiempos remotos, la miel y otros productos de la colmena como la cera, el propóleo, la jalea real y el polen han sido valorados no solo como alimentos, sino también como medicinas. Diversas culturas antiguas —desde el Antiguo Egipto hasta la medicina tradicional china— registraron su uso, y hoy la ciencia moderna respalda muchas de estas prácticas.
🐝 La miel: el oro líquido de la historia
La miel es probablemente el producto apícola más antiguo utilizado por el ser humano. Existen registros del uso de miel que datan de hace más de 8.000 años, representados en pinturas rupestres encontradas en la cueva de la Araña (Valencia, España), donde se muestra a una persona recolectando miel de una colmena silvestre (Roffet-Salque et al., 2015).
En el Antiguo Egipto, la miel era usada no solo como endulzante, sino también como conservante y en prácticas medicinales. Se han hallado papiros médicos, como el Papiro Ebers (c. 1550 a.C.), que menciona recetas que incluyen miel como agente curativo por sus propiedades antimicrobianas (Kwakman & Zaat, 2012).
🔬 Propiedades antimicrobianas validadas científicamente
Hoy sabemos que la miel tiene efectos bacteriostáticos y bactericidas. Estudios han demostrado que puede inhibir el crecimiento de Staphylococcus aureus, Escherichia coli, y otras bacterias patógenas (Mandal & Mandal, 2011). Esta actividad antimicrobiana se debe a su bajo pH, alto contenido en azúcar, peróxido de hidrógeno y compuestos fenólicos.
Una de las variedades más estudiadas es la miel de Manuka, originaria de Nueva Zelanda, cuyo efecto contra bacterias resistentes como MRSA ha sido ampliamente documentado (Mavric et al., 2008).
🐝 Otros productos de la colmena y su valor histórico
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Propóleo: utilizado como "pegamento de la colmena", era conocido por griegos y romanos por su uso en la cicatrización de heridas. Hoy se reconoce por su acción antifúngica, antibacteriana y antiviral (Sforcin & Bankova, 2011).
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Jalea real: alimento exclusivo de la abeja reina, era considerado en la medicina tradicional china como un tónico para la longevidad. Estudios actuales revelan su potencial antioxidante y neuroprotector (Viuda-Martos et al., 2008).
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Cera de abejas: históricamente utilizada para embalsamar en Egipto y para hacer velas en Europa y ha sido valiosa como excipiente en la formulación de ungüentos en muchas aún en la actualidad.
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Polen apícola: consumido desde la Antigüedad por sus propiedades nutritivas, hoy se lo estudia por su contenido en proteínas, vitaminas, y flavonoides (Komosinska-Vassev et al., 2015).
🌍 Conclusión
La ciencia moderna está redescubriendo lo que muchas culturas antiguas ya sabían: los productos de la colmena no solo son naturales y sostenibles, sino que también poseen propiedades únicas que los hacen valiosos para la salud humana. A medida que avanza la investigación, se abre la posibilidad de revalorizar estos productos desde una mirada más científica, integrando tradición y evidencia.
Referencias:
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Kwakman, P.H.S., & Zaat, S.A.J. (2012). Antibacterial components of honey. IUBMB Life, 64(1), 48–55.
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Mandal, M.D., & Mandal, S. (2011). Honey: its medicinal property and antibacterial activity. Asian Pacific Journal of Tropical Biomedicine, 1(2), 154–160.
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Mavric, E., Wittmann, S., Barth, G., & Henle, T. (2008). Identification and quantification of methylglyoxal as the dominant antibacterial constituent of Manuka (Leptospermum scoparium) honey. Molecular Nutrition & Food Research, 52(4), 483–489.
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Sforcin, J.M., & Bankova, V. (2011). Propolis: is there a potential for the development of new drugs? Journal of Ethnopharmacology, 133(2), 253–260.
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Viuda-Martos, M., Ruiz-Navajas, Y., Fernández-López, J., & Pérez-Álvarez, J.A. (2008). Functional properties of honey, propolis, and royal jelly. Journal of Food Science, 73(9), R117–R124.
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Komosinska-Vassev, K., Olczyk, P., Kazmierczak, J., Mencner, L., & Olczyk, K. (2015). Bee pollen: chemical composition and therapeutic application. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, 2015, Article ID 297425.
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Roffet-Salque, M., et al. (2015). Widespread exploitation of the honeybee by early Neolithic farmers. Nature, 527, 226–230.